La fiebre del washi tape está haciendo correr ríos de tinta y llenando nuestras casas y todas nuestras cosas de divertidas tiras de colores. La cocina que os mostramos hoy no se ha escapado a esta tendencia, y partiendo de una cocina blanca y sin excesiva ornamentación, se ha convertido a través de esta sencilla técnica en un paraíso de color y peque´ños detalles.
Para darle unos toque más de color, se ha optado por unos tiradores muy simpáticos, de diferentes colores y tamaños. Pero además de utilizarlos como tal, también se han colocado algunos de ellos en la pared a modo de pequeñas perchas en las que colgar algunos útiles de cocina.
La pared se ha revestido con una técnica y un material de lo más corriente, hojas de papel de periídico. Para decorar y dar un toque de funcionalidad, sobre ella se han colgado unos posavasos de corcho, cuya función será la de servir de soporte para colgar anotaciones.
A las sillas también se les ha dado un toque especial gracias a unas tiras de color amarillo que giran sobre las patas.
Fotografías: Ikea