En verano apostábamos por los colores claros para vestir nuestras camas, pero la llegada del otoño llega también el momento del cambio.
Ahora, además de apostar por colores más intensos, también sustituimos los tejidos por otros más invernales, y aumentamos la cantidad de elementos sobre la cama, para dar una sensación envolvente.
Los linos y algodones dejan paso a la franela, el terciopelo, la chenilla… tejidos que nos abrigarán cuando las temperaturas bajen, y que además producirán una agradable sensación de abrigo a nuestros ojos.
En verano, el juego de sábanas y unas almohadones coordinados eran suficiente decoración par un dormitorio ligero. Ahora sobre la cama reposan cojines, cuadrantes, plaids, edredones, mantas…
Los estampados ligeros y floreados son ahora sustituidos por otros más invernales, como los cuadros escoceses o vichy.
Fotografías: Zara Home