El verde es un color tranquilo, natural y que trasmite calma y por esa razón es muy adecuado su uso en el dormitorio, siempre en sus versiones más suaves, o en otras más fuertes, pero en combinación con otras tonalidades más suaves, como blancas, beiges, tonos piedra…
Es una apuesta primaveral, muy adecuada para la época del año en la que vivimos.
El mayor problema que nos encontramos en el color verde, es la combinación de sus distintas tonalidades, ya que no suelen llevarse bien entre si. Por eso no es muy adecuado utilizar muchos tonos, sino que es preferible apostar por un solo verde combinado con otro color diferente.
A la hora de incluirlo en un dormitorio, lo podemos hacer a través del color de las paredes, de forma que su presencia será permanente durante más tiempo, o utilizarlo solo en complementos textiles para que podamos retirarlo de la vista cuando nos hayamos cansado de él.
En sus versiones más vibrantes, es una elección estupenda para la habitación de los niños, en la que conseguirá poner una nota de alegría y diversión, que resultará estupenda para mantener las actividades de ocio y juego de los pequeños.
Fotografías: Gradulux, Potterybarn, Tonincasa, Arredamentidiotti