Situar nuestro comedor junto a un gran ventanal con unas bonitas vistas hará que el momento del desayuno o el almuerzo sean mucho más placenteros y agradables, pero esto no siempre es posible…
¡A grandes males grandes remedios! La fotografía mural llega a nuestras vidas para solucionar este tipo de problemas, y en este caso se ha optado por una fotografía del agua de la piscina que nso traslada a las tardes de verano en nuestras vacaciones. Las ondas del agua son una de las imágenes más relajantes que existen, así que imagínate lo placentero que tiene que resultar este desayuno junto a esa inmensa fotografía mural…
Para hacer el momento aún más especial, la mesa se ha vestido con una colección de piezas coordinadas en tonos blancos y verde mint.
Fotografías: La Mallorquina