En estos días de nieve nuestras ciudades se visten con un manto blanco que nos trasmite una sensación heladora. Sin embargo, el blanco es uno de los colores más utilizados en decoración.
En este caso se presenta acompañado de una amplia gama de tonalidades grisáceas, y una atractiva selección de estampados florales y geométricos. Todos ellos tonos neutros, que no conllevan un riesgo excesivo y con los que conseguiremos soluciones decorativas muy acertadas.
El cabecero de la cama, tapizado en un tejido de color gris, muy parecido al del hormigón, se presenta ribeteado con una moldura de madera del mismo color de las mesillas de noche, o las patas de la butaca. Es precisamente esa madera la que se encarga de poner una nota cálida en el dormitorio.
Sobre la cama un buen número de cojines nos hacen adivinar la confortabilidad que nos deparará una siesta a media tarde. La presencia de textiles es fundamental en el dormitorio para conseguir un ambiente cálido y envolvente, y en la actualidad, las camas decoradas con muchos cojines se imponen sobre tendencias anteriores.
A los pies de la cama encontramos una butaca y un pouff, a modo de rincón de lectura. Están tapizados en un tejido del mismo color que el del cabecero, pero con un estampado más geométrico.
Tras de sí, vemos la combinación de textiles que se han utilizado en las cortinas. Visillos blancos casi transparentes coordinados con otros en tonos grises y un tercero con un ligero estampado floral.
Fotografías: KA Internacional