En muchas ocasiones ya hemos hablado del cambio de concepto que han sufrido en los últimos años los cuartos de baño de nuestras casas. Han pasado de ser cuarto de aseo, a espacios dedicados a la relajación del cuerpo y de la mente.
Pero para poder llevar a cabo la máxima relajación en nuestro baño, debemos disponer de una buena base, ya que si bien es verdad que los cuartos de baño de colores vibrantes trasmiten alegría y vitalidad en nuestro día a día, a la hora de desconectar del mundo, agradecemos la calma y la armonía cromática que trasmite el blanco y sus derivados.
La pureza del blanco trasmite una tranquilidad y sensación de limpieza que nos ayuda a sentirnos mejor, más relajados, y de esta manera tendremos muchas más probabilidades de poder desconectar de todo.
La presencia de plantas naturales en el baño nos transporta mentalmente a lugares exóticos y consigue traer al baño la belleza de lo natural, y todas las sensaciones que eso conlleva.
Pero si a todo esto le añadimos adornos, esculturas y accesorios decorativos, perfectamente ordenados y en armonía cromática con el espacio, o convertimos en obras de arte las piezas propias del cuarto de baño, como en este caso la bañera, la estética final nos transmitirá una sensación global de armonía, calma y relax.
Fotografías: Novello