Aunque todas las piezas tienen gran peso en el marco estético, el espejo “manda” y hace que cataloguemos de barroco un baño que además de serlo, también responde a otras señas de identidad, como vintage, retro… y también actual.
Un cuarto de baño que nos obligará a tener la puerta siempre abierta, porque cerrarla, será renunciar a una belleza de la que disfrutar.
Una estética caprichosa hace que en ocasiones, la antepongamos a la funcionalidad que sin embargo, será lo que a la larga más agradeceremos.
Pero estética no es sinónimo de renuncia a nada, ya que la funcionalidad también puede estar presente al lado de la belleza. Aquí un claro ejemplo de que el estilo del continente podrá ser el que nosotros queramos, porque su capacidad no variará.
El color oro viste convierte un mueble que de otra manera pasaría inadvertido a nuestros ojos, en un objeto atrayente y luminoso. El espejo se une a él, y juntos se convierten en la gran fuerza dominante del estilismo.
El marco negro sobre el que se ha llevado a cabo el estilismo, ausente de todo lo que ensucie la decoración, hace que todavía resulte más espectacular si cabe. De cerca es un lavabo o un cuarto de baño con una estética singular. De lejos podría ser un mueble auxiliar, un recibidor clásico…
Es una buena idea cuando el lavabo no forma parte del cuarto de baño, sino que se sitúa dentro de la habitación, a la vista de todos. De esta manera quedará completamente integrado con el resto de la decoración.
Fotografías: Lasa idea