A la hora de decorar es frecuente partir de una base uniforme a la cual poco a poco le vamos añadiendo diferentes colores en los accesorios o los complementos textiles.
Sin embargo este ejemplo que vemos hoy nos aporta una solución diferente, la combinación cromática no se produce en los complementos añadidos, sino en la propia base del dormitorio.
Los muebles que lo componen ya están inmersos en esa coordinación cromática que combina el blanco y el negro, se han colocado muebles en ambos acabados y otros muebles que en si mismos ya presentan esa combinación, es el caso de la mesilla de noche o el armario ropero.
El resto de los complementos añadidos refuerzan el estilismo manteniendo el cromatismo inicial, y hacen que el espacio tenga un aspecto global que nos hace mirarlo de una vez, sin pararnos en nada concreto, pero en el que cada detalle tiene una gran importancia en el aspecto final.
Fotografías: Hulsta