Las casas deben estar pensadas sobre todo para proporcionar a sus habitantes una inextinguible sensación de felicidad. Hay quien dijo que la verdadera felicidad que produce un espacio es justamente la carencia de obstáculos para la plena circulación de la luz, el aire y las personas.
Esta vivienda situada en La Moraleja ha sido diseñada por el arquitecto Massi Ferrachi para Ibermaison, que trabaja con la intención de que la utopía se convierta en realidad a través del diseño y la arquitectura.
Este es un espacio de luz creado para que transiten por él sin prisas, la inspiración y el silencio. Se trata de una vivienda que representa muy bien la esencia de la firma Ibermaison, basada en repartir el concepto de vivir con arte y libertad.
Esa libertad espacial se disfruta tanto en el exterior como en el interior. La extensión de la piscina, en su intersección con una especie de “lago” rectangular, con lecho de grava blanca, refleja y duplica en el agua la imagen del amplísimo porche que abre la casa hacia el jardín, y que parece un muelle al borde del agua.
La vivienda tiene algo de esa generosidad espacial que caracteriza las formas arquitectónicas americanas: casas de campo colombianas, haciendas mexicanas, residencias con aire palladiano del este y del sur de los Estados Unidos…
Un amplio porche contínuo rodea buena parte de la casa y constituye un lugar donde verdaderamente se puede vivir casi todo el día, en meses de calor o de simple tibieza atmosférica.
Esta vivienda ha sido bautizada con el oportuno nombre de The White House, una casa enteramente blanca compuesta de espacios abiertos y conectados. Tampoco en el interior existen fronteras, pues aunque las estancias privadas gozan de intimidad, todas ellas cuentan con una fluidez interior que las comunica con su baño, vestidor...
El espacio fluye y fluye, entre resinas y lacados blancos e impecables piezas de diseño contemporáneo que parecen flotar en la transparencia y la fluidez del aire.
Parece reinar en el interiorismo, una cierta neutralidad que de ningún modo es indiferencia o exceso de asépsia. El espacio es una oferta de ocio y libertad, y por lo tanto felicidad.
Las únicas notas de color provienen de estudiadas piezas estratégicamente colocadas, algunas alfombras, las mamparas de la ducha, algún mueble auxiliar…
La cocina, de líneas rectas muestra su propia personalidad y a la vez añade continuidad con el resto de la casa, hay en la cocina algunas formas sinuosas que alteran el orden y que enlazan el arte con la originalidad: la lámpara clásica actualizada, situada en un extremo de la isla, o la alfombra bicolor.
Todas las estancias de estar, dormitorios, salón, estudio… destacan por la ausencia y sobre todo por la calma y la tranquilidad que trasmiten, que eran en definitiva la base del proyecto y que por tanto se puede decir que el resultado es fiel a los principios.
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Publicado el: 22-10-2010