El otoño es el momento en el que el dormitorio recupera ese sabor envolvente y acogedor que en pierde en el verano, cuando el color nos hace retirar de la escena todo aquello que sube la temperatura.
Cojines, plaids, edredones, cortinas, cortinones, alfombras… desaparecen del plantel en verano haciendo que nuestro dormitorio muestre una sensación de frescura que agradecemos mucho a la vista, pero recuperan su lugar cuando llega el otoño, haciendo más acogedora y abrigada esta estancia.
Fotografías: La Mallorquina