El trabajo de un tapicero es algo realmente complejo y artesanal, un arte que requiere experiencia, habilidad y formación. Pero renovar los asientos de las sillas, bancos, taburetes y otras estructuras simples es algo mucho más sencillo, que cualquier aficionado al bricolaje puede hacer sin problemas, y con resultados más que aceptables. Sólo es necesario tener tiempo y ganas, así como los materiales y las herramientas necesarias. Podemos renovar algún tapizado sencillo o colocar un asiento acolchado en alguna silla o taburete que anteriormente carecierade él; la cuestión es sacar partido a los viejos muebles, apostando por el reciclaje.
Para realizar un buen trabajo de “tapicería casera” se necesitan determinados útiles. Una pata de cabra de tapicero es esencial para retirar los clavos y grapas viejas, y también para sacar rápidamente las que hayamos colocado mal. También necesitaremos un martillo, una grapadora de pistola (las eléctricas son las más eficaces; y si son sin cable, mucho mejor), un cúter, tijeras afiladas… Y poco más. Los materiales son muy básicos: cinchas de goma o elásticas, gomaespuma de densidad media (de color azul, es más duradera y compacta que la amarilla) y del mismo grosor que la original (suele bastar con 10 cm), tela o retor moreno, tela de tapizar, grapas de 6 milímetros de profundidad (también sirven de 8 mm), pegamento de contacto, adhesivo especial para tejidos y pasamanería o tachuelas (se venden ya en forma de prácticas tiras metálicas que las imitan).
Para retirar el tapizado viejo, hay que sacar las grapas o clavos con la pata de cabra y desechar el interior. Las sillas de muelles es mejor que las restaure un tapicero profesional; nosotros nos limitaremos a las de espuma. Es posible que haya que cambiar las cinchas por otras nuevas, que colocaremos grapadas con la misma disposición que las originales. También podemos colocar un tablero y tapizarlo, aunque el asiento no será tan mullido. La gomaespuma se corta a la medida con un cúter muy afilado y (¡atención al truco!) mojado en agua caliente; es recomendable dar forma redondeada a los bordes y esquinas.
Después colocaremos la espuma sobre las cinchas o la pegaremos sobre el tablero con pegamento de contacto. Es el momento de tapizarla con la tela o retor moreno, bien tensado y clavando grapas a intervalos unos 3 cm entre sí. La tela definitiva sí la colocaremos con profusión de grapas, bien juntas unas de otras; las esquinas hay que doblarlas hacia dentro y cortar los picos, para que queden discretamente redondeadas. Podemos usar la tela vieja que hemos retirado como plantilla para recortar la nueva y la tela morena.
Para terminar, colocaremos las tachuelas de adorno que cubren las grapas clavándolas sobre éstas con el martillo, o utilizaremos una tira de tachuelas, que lleva sólo un clavito cada diez centímetros aproximadamente. Otra opción es pegar pasamanería, que se adhiere con pegamento especial para telas (totalmente transparente e invisible).
Foto: Bosch