El color puede llegar a cualquier estancia del hogar de muchas y muy variadas formas. Siempre decimos que los textiles son nuestros grandes aliados cuando de incluir color se trata, ya que no comprometen, y podemos quitar o cambiar rápidamente cuando nos cansemos de ellos.
Sin embargo, si somos un poco más osados, podemos atrevernos con el color en el mobiliario para conseguir ambientes mucho más especiales. En este caso se ha optado por incluir el color a través de las sillas.
En la primera imagen vemos colores muy vivos y sillas de estilo muy actual, pero si nuestro salón o nuestras sillas presentan un estilo más clásico o rústico, el color también puede adueñarse de ellas.
Las sillas tapizadas recurren a colores tan especiales como el naranja para poner la nota de color, pero además siempre existirá la posibilidad de ponerles una funda de otro color para suavizar el ambiente si este llega a saturarnos.
En la última foto vemos un comedor de estilo ochenteno en el que unas sillas de plástico rosa ponen la nota pop.
Fotografías: La Oca, Potterybarn