El color rosa es un color ligado a multitud de sensaciones. Es un color primaveral, infantil, femenino… pero también en función de su intensidad, puede estar ligado a muchas otras cosas. Por ejemplo, la máxima expresión del color rosa es el fucsia, que es un color predominante en cualquier decoración de estética pop.
Ikea
Es uno de los colores que nos identifican al nacer, si es niña rosa, si es niño azul. Esa es la responsabilidad que se le impuso al color rosa, la de determinar el sexo, y por esa razón cuesta integrarlo dentro del género masculino, tanto en la decoración, como en la vestimenta o como en cualquier otro ámbito.
Laura Ashley
Al comenzar su incursión en la decoración unisex, se empezó por los textiles, seguramente por aquello de… “al menos si me canso, lo podré quitar rápidamente”. Por miedo a feminizar en exceso un dormitorio compartido por personas de ambos sexos.
Equipo drt
Fundas nórdicas, cojines, alfombras… toda esa parte de la decoración que se puede mover y cambiar, y que no conlleva el compromiso de lo duradero, a lo que nos tendremos que acostumbrar.
La Mallorquina
Pequeñas notas de color, que aún teniendo una gran fuerza decorativa dentro de la estancia, constituían un complemento, y no la base a partir de la cual se llevaba a cabo el resto de la decoración.
Wrapables
Los más atrevidos se animaban con algún pequeño mueble, aunque siempre auxiliar, como complemento o apoyo a una decoración llevada a cabo en otros colores. La decoración nos permitía alguna licencia extra en primavera, en la que este color estaba “mejor visto”, rodeado de flores.
Hidrangeaworld
Pero con el paso del tiempo, y sobre todo con la apertura de mentes, el rosa se fue introduciendo poco a poco en otras estancias, y sobre todo en decoraciones más permanentes. A esto ha colaborado la decoración más vanguardista, la más actual, en la que los colores se han vuelto cada vez más intensos, y las estancias no son lo que parecen. Deja de ser un color sexista.
Silestone
Entonces es cuando se produce el cambio, y el color rosa pasa a vestir la decoración duradera. Deja de ser el color acompañante, el que se podía quitar. Se cambian las tornas, ahora ya no nos da miedo utilizarlo, y pasa de los textiles, a las paredes.
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Publicado el: 20-05-2011 | Autor: Olaia Pellón