Ubicado en pleno Paseo de la Castellana, se encuentra el restaurante de Pedro Larumbe, un espacio donde se mima a los clientes para hacerles vivir una experiencia única a través de un espacio y un servicio impecables. La luz, el espacio y los contrastes son los tres pilares que definen la línea estética de este local proyectado y decorado por la interiorista Mariví González.
Los elementos decorativos ofrecen una perfecta armonía entre la elegancia clásica y la vanguardia más actual, mediante el contraste cromático de la gama de magentas con los tonos beiges y la mezcla de tejidos nobles, como la seda y el terciopelo de las cortinas, sillas y bancadas, con el acero inoxidable, el vidrio lacado del panel de entrada (a través del cual se vislumbra tímidamente el trajín de la cocina) y las texturas metalizadas de las paredes y los manteles.
En el comedor se apostó por una decoración elegante y actual en la que priman la separación de las mesas y una cuidada iluminación focal que trasmite al comensal una sensación de serenidad, calidez e intimidad. Así, en 400 m² hay tan sólo 21 mesas de manera que todas ellas están bien distanciadas y separadas entre sí por botelleros y biombos de acero que crean diferentes atmósferas.
Con capacidad para 70 comensales y un semiprivado para 14 personas, la sala está cubierta por una mullida moqueta que amortigua el ruido y presidida por una barra de bienvenida retroiluminada, con luces violetas y blancas que van cambiando en función de las horas del día. Y es que la iluminación, a base de leds de luz cálida por la noche y natural por el día gracias a sus amplios ventanales, también se ha cuidado al detalle para que cada foco alumbre justo el centro de cada mesa ofreciendo un ambiente de lo más dulce.
La cocina, a cargo por supuesto de Larumbe, parte de la tradición navarra que se nutre de la mejor materia prima de origen y temporada y se ejecuta con brillante sensatez técnica, otorgando a cada producto los puntos de cocción adecuados y las guarniciones precisas, para resaltar en cada plato las cualidades innatas del ingrediente principal. En la carta conviven sus especialidades de siempre con propuestas de temporada y sugerencias del día, así como con nuevas creaciones que se terminan en sala, a la vista del cliente.
El tartar de langostinos y vieiras, el steak tartar de solomillo y, en temporada, el jarrete de ternera o las aves de corral, son algunas de las delicias que se pueden degustar en este restaurante y todo ello se puede acompañar por una amplia selección de vinos por copas. En definitiva, un espacio de serenidad, buen gusto y lujo contemporáneo, en el que disfrutar sin prisas de la cocina de autor Pedro Larumbe.
RESTAURANTE PEDRO LARUMBE
Dirección: Paseo de la Castellana, 38.
28046 Madrid
Teléfono: 91 575 11 12
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Publicado el: 21-02-2012 | Autor: Cristina Olmos