Existen espacios donde la ubicación de una puerta resulta un problema. Por ejemplo en rehabilitaciones de edificios históricos en los que una puerta nueva puede dañar el conjunto, o en espacios diáfanos con paredes lisas que no admiten estéticamente la excesiva visibilidad de las puertas, espacios donde el excesivo numero de accesos puede afear el conjunto, espacios donde queremos que una puerta concreta pase lo más inadvertida posible…
Para ello las puertas RasoParete nos proponen soluciones al alcance de la vista solo de aquellos con muy buen ojo.
RasoParete es una puerta que queda perfectamente integrada en la pared, ya sea esta de placa de yeso laminado o enfoscada, y que admite el mismo tratamiento decorativo que le queramos dar a la pared. No necesita jambas alrededor y las bisagras están ocultas independientemente de la dirección de apertura de la puerta.
Con las puertas RasoParete podremos por ejemplo separar una zona privada de otra abierta al público, y que esta separación pase elegantemente inadvertida.
En estancias donde el minimalismo y el color blanco se hayan convertido en los protagonistas de la decoración, una puerta RasoParete se integrará perfectamente en esta idea conceptual, cediendo el primer término del plano a aquellos elementos destacables.
Integración de una puerta RasoParete en una pared decorada, la puerta delimita un espacio público como es la biblioteca, de otro privado, la zona de administración.
Una puerta RasoParete puede ser discreta o elegante o formar parte de la decoración, pero incluso puede llegar a desaparecer…