Durante la Navidad se producen un sinfín de ocasiones de reunión, en las que todo cuanto se celebra, se hace en torno a la mesa. Los días destacados, las cenas familiares reunirán a los más allegados alrededor de una mesa que habremos decorado con esmero, pero hasta que llegue ese día se producirán otra serie de acontecimientos más informales que también habremos de preparar.
Estos acontecimientos suelen tener lugar los días previos a la Navidad, y los protagonistas suelen ser los amigos, compañeros de trabajo, vecinos… en definitiva, personas más cercanas en trato pero más lejanas en grado, con las que no tendremos ocasión de compartir la cena de Nochebuena.
Estas reuniones las deberemos preparar con tanto cuidado como las otras, pero partiendo de una base diferentes. Suelen ser más dinámicas, más multitudinarias, menos protocolarias, mucho más cómodas y sobre todo divertidas.
En estos casos no es imprescindible montar la mesa tal y como la entendemos tradicionalmente, ya que los invitados no estarán sentados en torno a ella, sino que cada uno se acomodará en lugar del salón. Unos se sentarán a conversar en el sofá, otros permanecerán de pié, algunos acudirán al calor de la chimenea…
La mesa no estará en el centro de la habitación, sino que la colocaremos en un lateral y solo conservaremos algunas de las sillas. Los platos no estarán colocados de la manera tradicional, sino que estarán amontonados para que cada persona vaya cogiendo lo que necesite a medida que le apetezca.
Eso no quiere decir en ningún caso que la mesa no deba estar perfectamente decorada, sino todo lo contrario, la decoración de esta mesa informal quedará mucho más a la vista y podrá ocupar más espacio que el tradicional centro de mesa.
En ella deberemos colocar todo el menaje que los invitados puedan necesitar. Platos, vasos, cubiertos, servilletas, sacacorchos… y por supuesto la comida y la bebida.
Si no nos cabe todo en la misma mesa, podemos utilizar también como apoyo mesas auxiliares repartidas por el salón.
De esta manera no solo conseguiremos tener más espacio para colocar todo lo necesario, sino que todos los invitados puedan acceder a ello más cómodamente.
Y finalmente nunca debemos olvidarnos de que en estas celebraciones también participarán los pequeños de la casa, los hijos de nuestros amigos, de los vecinos… Tendremos que tener algún detalle con ellos, y ponerles una merienda a su gusto, porque eso sin duda, les hará permanecer sentados y controlados al menos “un ratito”.
Fotografías: Potterybarn, Villeroy & Boch, Royal Copenhagen
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