Para que el acabado final de una pared completamente nueva sea lo más perfecto posible, deberíamos en primer lugar aplicar una selladora al disolvente o al agua, y dejar secar al menos 24 horas.
Una vez seco, comprobaremos la posible existencia de grietas o imperfecciones, y aplicar sobre ellas masilla plástica para repararlas. Pasadas 12 horas, y con la masilla completamente seca, procederemos a lijar la pared con papel de lija, hasta conseguir una superficie perfectamente uniforme.
Ahora la pared estará en perfecto estado para recibir la pintura plástica elegida.