Decorar en tonos neutros y añadir una pequeña pincelada de color es un recurso decorativo muy utilizado. De esta forma tenemos la posibilidad de incluir nuestro color favorito en el dormitorio, en su versión más intensa y brillante, sin que ello llegue a cansarnos.
En esta primera imagen, la pureza y la limpieza del color blanco es rota por un intenso rojo que viste la lámpara y el sillón auxiliar, dándole fuerza al estilismo.
En esta segunda imagen el color morado se encarga de poner la nota de color en este espacio vintage.
En esta última foto la nota de color se ha añadido en una versión más suave, lila, cercana a los tonos pasteles.
Fotografías: La Maison Colonial, Portobello, Giessegi