Esta no es la primera vez que vemos cómo la decoración de una estancia discurre por la parte baja, hace unas semanas veíamos dormitorios que tocaban el suelo.
Hoy les ha tocado el turno a las mesas de centro.
La función que cumplen es la misma que la de cualquier otra mesa, pero a una altura inferior. El diseño ha hecho que la altura de sus patas desciendan a favor de la horizontalidad que se impone en la estética de lso salones más actuales.
Pero el diseño va aún más allá y en algunos modelos no solo las patas han perdido centímetros, sino que han sido completamente eliminadas, apoyando directamente el sobre de la mesa sobre el suelo.
Quizá la estética haya salido ganando, pero no tanto la función ergonómica, ya que nuestra postura para acceder a la mesa, no será la más saludable para nuestra espalda.
Fotografías: Carrè