Cuando los metros escasean en el baño y nos vemos obligados a reducir de algún sitio, siempre suele ser el lavabo el que paga los platos rotos.
En estos casos el diseño es nuestro mejor aliado, pues consigue que la belleza de estas piezas nos haga obviar su tamaño. Aquí unos buenos ejemplos.
La escasa profundidad de este lavabo hace que incluso tengamos que situar la grifería en uno de los laterales del lavabo.
En este caso sobran las palabras acerca del tamaño, pero su diseño a pesar de todo, nos obliga a sonreír, no me puedo resistir a decir que me resulta una pequeña “monada”.
Son lavabos perfectos tanto para baños domésticos de pequeñas dimensiones, como para espacios públicos.
Fotografías: Duravit
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