Si pensamos en la estética general de un dormitorio cualquiera, seguro que lo primero que nos viene a la cabeza es la imagen de la cama flanqueada por dos mesitas sobre las que se apoyan dos lamparitas decorativas.
La realidad es que las lámparas de apoyo son la opción mayoritaria, la opción por la que la mayor parte de las personas se decantan cuando buscan decorar su dormitorio. La segunda opción suele ser la colocación de flexos de pared, una opción que escogen las personas aficionadas a la lectura y que buscan una luz cómoda y potente que les permita leer en la cama sin hacer un gran esfuerzo ocular.
En los últimos años ha aparecido una nueva posibilidad que hasta ahora casi nadie contemplaba, las lámparas de suspensión. Lámparas como las que colocaríamos por ejemplo sobre la mesa del comedor, situadas sobre cada una de las mesillas de noche, o en uno de los lados.
Resulta una opción realmente estética, y que tiene la capacidad de equilibrar el dormitorio en altura, ya que las inclusión de los enormes armarios roperos suele desequilibrar notablemente la altura de esta estancia.
Fotografías: Diotti