Instalar una caja fuerte en casa

Ya no es un lujo proteger el dinero y los objetos de valor instalando una caja fuerte en casa. En función de si queremos guardar dinero, objetos valiosos y/o documentos en papel o en diferentes soportes digitales, existe un modelo de caja de seguridad que se acomoda a nuestras necesidades. Por eso es necesario antes de comprar un modelo, tener claro el lugar dónde se ubicará la caja fuerte, pero también el tipo de cosas que queremos proteger.

Imagen Instalar una caja fuerte en

Los robos en domicilios particulares han aumentado exponencialmente en los últimos años en los periodos de vacaciones y también en los nuevos barrios donde los vecinos apenas se conocen. Tanto es así que en muchas urbanizaciones de la ciudad han hecho su agosto las empresas que ofrecen servicios de alarmas domésticas conectadas a central de alarmas.

Pero a veces nos quedamos más tranquilos al apoyar o sustituir esta medida con la instalación de una caja fuerte en casa, que proteja nuestros más preciados bienes según salimos por la puerta, especialmente si en nuestra ausencia entra personal de limpieza, canguros de niños, etc. 

Una vez tomada la decisión de que se necesita una caja fuerte en casa, conviene plantearse qué tipo de cosas guardaremos en ella, y si queremos protegerlas del robo o del fuego.

Cajas fuertes, de alta seguridad y homologadas

Protegen los objetos, dinero y documentos contra un posible robo, pero es necesario antes de tomar la decisión de compra determinar el nivel de seguridad que queremos (a veces lo piden las compañías de seguros) o si no necesitamos un nivel de seguridad concreto.

El nivel de seguridad lo establecen diferentes organismos de homologación, y debe venir indicado en una placa interior en el interior de la caja fuerte, junto con otra serie de datos (año de fabricación, ente certificador, norma de ensayo que se ha seguido…). En la exigente normativa europea, se contemplan de 0 a VI niveles de seguridad, pero también existen modelos que siguen la normativa americana, la escandinava…

En principio y si lo que queremos guardar tampoco exige una caja fuerte sofisticada, necesitaremos decidir sólo el tipo de soporte donde la ubicaremos.

Cajas fuertes de empotrar

Son las cajas fuertes que van empotradas en algún soporte, bien en la pared, en un muro, en una columna, dentro de un armario o en el suelo. Son típicos los emplazamientos detrás de un cuadro, bajo una alfombra, etc. pero conviene sopesar muy bien el lugar de instalación y evitar los sitios más previsibles. Los cacos que entran en los domicilios tienen mucha experiencia y es difícil encontrar emplazamientos que pasen totalmente inadvertidos; pero el tiempo que pasan dentro de la casa siempre juega en su contra, por lo que si las cosas se ponen difíciles, lo normal es que los ladrones busquen otro domicilio con menos medidas de seguridad…

Para empotrar las cajas fuertes, es necesario realizar un orificio más grande que el tamaño de la caja en la pared, introducir la caja y fijarla bien con hormigón mezclado con clavos de acero y finalmente enlucir todo el perímetro con yeso. Para terminar, se iguala en lo posible el acabado con el resto de la pared. También se puede encofrar la caja de seguridad en un doble tabique hecho expresamente para ese uso.

Las cajas fuertes de empotrar más sencillas disponen sólo de una llave, pero son más corrientes las que requieren para ser abiertas una combinación mecánica, con una o varias ruedas que precisan una clave numérica (a partir de 95 €). Los modelos más modernos se abren mediante una combinación electrónica (195 € un modelo sencillo).

También existe la posibilidad de combinar la apertura mecánica o electrónica con el uso de una llave (unos 140€, combinada mecánica-llave y 250 € electrónica+llave, pasando a 350 € si se trata de este último modelo pero de alta seguridad). Cuanto más sofisticado el modelo, más control permite: por ejemplo, algunas graban un informe de las veces que se ha abierto la caja en un determinado periodo.

Se pueden encontrar modelos específicos de suelo a partir de 180 €  (combinación electrónica+llave).

Cajas fuertes de sobreponer

Este tipo de cajas fuertes son muy utilizadas, ya que presentan la ventaja de que se pueden instalar fácilmente sin ayuda profesional. Sólo necesitan ser atornilladas sobre una superficie, por lo que es frecuente acomodarlas dentro de los armarios. Su principal desventaja es que una vez localizada la ubicación, se evidencia la presencia de la caja al completo, por lo que su seguridad no es del máximo nivel (aunque quizá no sea eso lo que buscamos). Los sistemas de apertura son similares a los de las cajas de empotrar, existiendo los modelos sólo llave, los mecánicos y los electrónicos (estos dos últimos pueden llevar apertura combinada con llave).

Una caja de sobreponer electrónica homologada en grado de seguridad cuesta a partir de 325 €.

Cajas fuertes ignífugas

Si lo que se quiere guardar a buen recaudo son documentos de papel, dinero en metálico o información en soporte digital, hay que sopesar la posibilidad de instalar una caja fuerte ignífuga. Protege mínimamente del robo, pero sobre todo es eficaz contra el fuego. Existen diferentes modelos homologados capaces de resistir temperaturas superiores a los 1.000 grados centígrados durante 60 minutos (adecuados para papel) o 120 minutos (ideales para soportes digitales).

Una caja fuerte ignífuga (protección 60 minutos) está entre los 175 € de un modelo sencillo a los 625 € de uno más sofisticado. Para protección de soporte digital, de 375 a 825 €, según modelos. Un armario ingnífugo cuesta a partir de 2.500 €.

Armeros

La normativa vigente en nuestro país exige también disponer de cajas fuertes especiales y homologadas para guardar armas en casa, aunque se disponga de los permisos de tenencia pertinentes. Existen diferentes modelos para arma larga y arma corta, con grados de seguridad también distintos.  Un armero de arma corta cuesta a partir de 425 €, mientras que uno para arma larga se puede encontrar a partir de 225 € aproximadamente.

Fotografías: Doettling

Más artículos de: Informes

Publicado el: 23-11-2011 | Autor: María Tebar

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