Todos los martes en DecoEstilo damos a nuestros lectores propuestas gastronómicas muy especiales, pero nos gusta saber de lo que hablamos, por eso nos hemos ido a conocer algunos restaurantes madrileños con el claro objetivo de ofreceros la información más certera sobre ellos. Os contaremos detalles en profundidad sobre cada uno de esos sitios en nuestra sección de restaurantes, pero hoy me gustaría contaros mi experiencia personal.
En los últimos días he visitado cuatro restaurantes muy diferentes, Madrid tiene una propuesta gastronómica muy variada, para todos los gustos, para todos los bolsillos, y especialmente pensada para las personas a las que nos gustan las cosas alternativas, salirnos del camino marcado y disfrutar con el "buen comer", algo muy ligado a ese estilo de vida por el que abogamos desde este medio.
Uno de los restaurantes que he visitado se llama Candelita. En el mismo momento en el que me entregaron la carta, ya me ganaron por completo. El restaurante tiene una decoración exótica muy especial que nos traslada al Caribe, y en él la madera tiene mucha importancia, y precisamente por eso las tapas de la carta están hechas de madera. Un detalle de lo más especial que me encantó!
Con la carta en la mano tuve claro que la experiencia iba a ser estupenda. Es un restaurante de comida latinoamericana, en el que se pueden desgustar además cócteles rústicos elaborados con frutas y ron, y de los que puedo dar fe que están espectaculares.
La segunda parada de mi ruta gastronómica fue el Bistrot Casanis, un lugar que recoge la esencia parisina más delicada. Sentí recibir constantemente mimos, tanto por la decoración, como por el ambiente, la comida, y sobre todo por el trato de las personas que trabajan allí, muy atentas a todos los detalles y dispuestas a hacer de nuestro paso por allí una experiencia de lo más agradable para todos los sentidos.
La estética es una inesperada sorpresa, pues al cruzar la puerta nada te hace imaginar lo que estás a punto de ver, y yo tengo que confesar que el mural de botellas iluminado me cautivó por completo, no pude evitar hacerle una foto y pedir al camarero que situara mi mesa a su lado. Su luz hacía que la zona tuviera una chispa especial, un ambiente embriagador...
Aqui tengo que reconocer que ni pude resistir el tiempo necesario para hacer la foto, y cometi el error de meter la cuchara en el chocolate antes de captar la imágen...
La tercera parada me llevó a un sitio completamente diferente a lo que había visitado hasta ahora, el Restaurante M29, un restaurante moderno, minimalista, y con la vanguardia por bandera tanto en la estética como en la cocina. No creo recordar ningún otro color que no fuera el blanco y el negro, a excepción de la comida, que en un entorno tan neutro adquiría un valor añadido.
Me sorprendieron gratamente las originales mezclas de sabores de algunos platos, como la presa ibérica con calamares o los champiñones rellenos de rabo de buey, combinaciones muy sorprendentes de una cocina diferente, muy cuidada y elaborada. Estefanía se encargó de darme todo lujo de detalles sobre el concepto de restaurante, de la cocina... Y con una tremenda sonrisa que no perdió en ningún momento, me trasmitió el entusiasmo que todas las personas que trabajan allí están poniendo en el día a día de esta nueva aventura gastronómica.
Antes de terminar la ruta tuve tiempo de tomar un aperitivo en la alacena de Victor Montes, un establecimiento que se encuentra dentro del mercado de San Antón, un sitio decorado con un gusto exquisito y que desde mi punto de vista supone una alternativa a ese aperitivo del domingo a mediodía, un entorno diferente a los establecimientos a pie de calle pero que puede suponer una experiencia mucho más completa que el simple hecho de tomar una copa, ya que el mercado ofrece muchas posibilidades.
De todos estos restaurantes os hablaremos con detalle en nuestra sección de restaurantes, porque hay mucho que contar!
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Publicado el: 30-10-2012 | Autor: Olaia Pellón