El dormitorio de los niños suele destacar siempre por un desorden contante, generado por la cantidad de juguetes que tienen, los cambios de juegos… Por eso es un lujo poder disponer de una habitación diferente a la de dormir, que destinar únicamente a su ocio y diversión.
En este espacio deberá primar el color por encima de todo, pues será una estancia dinámica, en la que los pequeños desarrollarán toda su creatividad, y podrán hechar a volar su imaginación, pues en ella se sentirán más libres que en ningún otro sitio.
Deberemos poner un buen número de estanterías para las cajas de sus juegos y para libros y cuentos, y contendores para poder guardar esas cosas difíciles de ordenar, como los juguetes de piezas.
La zona central tan solo necesitará una alfombra sobre la que los niños puedan sentarse y jugar cómodamente. Y a partir de aquí, todos los elementos creativos, como toboganes de madera o tubos flexibles, que queramos añadir serán bien recibidos por los más pequeños.
Fotografías: Ikea