Crea tu propia casa ecológica

Una casa ecológica es aquella que logra las mejores condiciones de habitabilidad con el mínimo consumo energético. No siempre es fácil… Lo mejor sería tener acceso a la planificación de la vivienda desde su construcción, y si eso no es posible, al menos intentar mejoras durante su reforma. Finalmente, si tu vivienda ‘es la que es’ y no puedes realizar intervenciones de este tipo en ella, te proponemos gestos sencillos en los que quizá no hayas reparado para renovar electrodomésticos, cocinar, fregar los platos o simplemente llenar la nevera.  

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Si construyes o reformas tu propia vivienda…

Se calcula que es posible amortizar en tres años el sobreprecio de una casa construida con criterios ecológicos gracias al ahorro de energía, agua, etc.

La vivienda ideal, o sea la vivienda bioclimática, debería ser autosuficiente en la medida de lo posible con una mínima o nula su dependencia de fuentes no locales de energía como el carbón, el gas o el gasóleo o la electricidad. Las energías utilizadas deben ser limpias y lanzar las mínimas emisiones a la atmósfera. 

Todas estas limitaciones son más fáciles de tomar en cuenta cuando comienza el proyecto de vivienda desde cero. La orientación, la entrada de luz, el propio diseño marcarán una gran diferencia para que la casa sea realmente ecológica. Si estás planificando una casa unifamiliar, lo tienes más fácil: manifiesta tu compromiso con el medioambiente y piensa en un diseño bioclimático. Mira todo lo que puedes tener en cuenta:

Planificar viviendas sencillas, sin entrantes ni salientes. Cuantas menos paredes haya expuestas a la intemperie,  menos energía se consume y también menos pérdida de calor. De la misma forma una vivienda diáfana es más ahorradora que una muy compartimentada. ¿Lo ideal? Concentrar los ambientes de día (salón, cocina, etc.) en un único ambiente con orientación a sur.

Orientar la casa para que recoja el calor. Si es posible, que las fachadas más largas se orienten a sur y a  norte, y con poca distancia entre ellas. Si se suma a ello el uso de energías renovables y un buen diseño, las necesidades de climatización se reducen en un 60 por ciento. El ‘efecto bodega’ es aquel por el que el calor acumulado en los muros y suelos debido a la inercia térmica ayuda a mantener estable la temperatura interior.

Multiplicar la luz natural. Si planificas una nueva casa, presta atención especial a ventanas y cristaleras, puertas de paso de vidrio, ventanas de techo en cubiertas planas o inclinadas, claraboyas, lucernarios…

Ubicar las ventanas bien. Las ventanas son una herramienta clave para refrescar las casas en verano. Si las caras norte y sur están próximas se puede generar una ventilación natural cruzada controlada que, combinada con ventanas de cubierta, es capaz de reducir la temperatura de 5 a 7 ºC. Otra solución interesante es abrir ventanas más pequeñas en la cara norte que en la sur, aunque ello supone también una menor entrada de luz natural.

Sombrear la vivienda. La solución más eficaz para mantener interiores frescos es instalar pantallas vegetales (árboles de hoja caduca) que controlen la temperatura interior en los meses de calor. Otro recurso son las fachadas vegetales recubiertas de trepadoras con ayuda de estructuras metálicas galvanizadas. Otras herramientas son aleros y toldos en las fachadas a sur, porches que protejan del sol, de la lluvia y del viento y -¡atención!- los patios… ¡Los mejores reguladores térmicos como bien saben en los pueblos andaluces!

Aislar mejor. Una de las estrategias de ahorro de energía más importantes es el aislamiento de las superficies en contacto con el exterior y también de medianeras y paredes que den a espacios no calefactados. El aislante siempre es más efectivo por el exterior, pero además existen ya múltiples aislantes naturales transpirables y biodegradables (corcho aglomerador, paneles de cáñamo, lana de oveja, paneles de fibra prensada…).

Aprovechar el agua de lluvia. Para ahorrar en consumo de agua es importante usar sistemas de aprovechamiento de aguas de lluvia con canalones y depósitos que permitan su reutilización para el riego del jardín, por ejemplo.

Emplear energías renovables. La recogida, almacenamiento y posterior uso de la energía solar recogida en tu casa mediante placas situadas en las cubiertas es una fantástica opción para unifamiliares. También lo es la instalación de calderas de biomasa a base de pellets (restos de madera prensados) o cáscaras de frutos secos.

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Gestos para crear un hogar eco…

Estar atento a las novedades en electrodomésticos. Los lavavajillas ecosolares (Electrolux) generan ahorros energéticos del 40 por ciento. Además, muchos de los nuevos lavavajillas y lavadoras miden con un sensor el grado de suciedad del agua para decidir si cambiarla o no. Otros llevan dosificador de detergente incorporado (Fagor). Por otro lado, se ha empezado a introducir el uso de materiales reciclados en la producción de electrodomésticos (Indesit). Y las placas de inducción tienen un 80 por ciento de eficiencia energética frente al 55 por ciento de las vitrocerámicas, al cocinar en menos tiempo.

Compra  muebles hechos con madera “justa”, es decir, que procede de bosques gestionados de forma responsable. La certificación FSC garantiza este extremo.

Llenar la nevera para pagar menos. Cuando el frigorífico y el congelador están llenos, los propios alimentos ayudan a conservar la temperatura y el electrodoméstico consume menos energía. Mantenlos tapados para evitar que desprendan humedad que se convierta en escarcha obligando al aparato a un mayor consumo energético para deshacer el hielo.

Emplea grifos ahorradores de agua. Llevan un mecanismo que impede llegar al final del recorrido del grifo en su apertura. Una simple presión vuelve a proporcionar el caudal máximo.

Usa siempre el lavavajillas. Se ha calculado que en España se podrían ahorrar casi 80.000 millones de litros de agua anuales si todos los hogares usaran lavavajillas en vez de fregar a mano. Un lavado a mano consumo de media 10,5 litros de agua por persona y día, mientras que el lavavajillas consume 7-9 litros.

Tapa la cacerola. El agua hierve un 75 por ciento de tiempo antes si tapas la cacerola. Ahorra dinero y tiempo cocinando siempre “tapado”.

Emplea poco la secadora si hace buen tiempo. Consumen mucha energía y en verano hacen que suba mucho la temperatura de la casa.

Pon en off los aparatos en stand by. Puedes ahorrar un 10 por ciento en la factura de electricidad apagando los aparatos eléctricos cuando no los uses, en vez de dejarlos con el piloto rojo.

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Fotografías: Velux

Más información: Arquitectura sostenible y bioconstrucción

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Publicado el: 14-09-2011 | Autor: María Tebar

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