Congelar fruta para conservar los sabores del verano

Las frutas de la temporada de verano son un placer que dentro de poco se nos habrá esfumado con la llegada del otoño. Además, ahora empieza la temporada de la uva, el higo y las moras. Cualquiera de los sabores del verano puedes conservarlos de varias formas: congelación, confitura o mermelada y conserva. Sólo tienes que conocer las técnicas para conservar la fruta en perfectas condiciones y poder consumirla cuando llegue el frío. Hoy vamos a conocer las reglas para su correcta congelación.

Imagen Congelar fruta para conservar los sabores del verano

Hay tres técnicas básicas para congelar la fruta ( y que dure 12 meses)…

Al descubierto, en contacto con el cristal del frigorífico

Se utiliza para la fruta blanda (cerezas, circuelas, grosellas, fresas, frambuesas…). Para descongelar se deja a temperatura ambiente un par de horas , y se puede servir en macedonia o como parte de un helado u otro postre. En algunas, como las ciruelas se debe quitar el hueso antes de congelar. Con la fruta más jugosa (zarzamoras, frambuesas, fresas y fresones) se actúa igual, pero colocando la fruta en bandejas abiertas y se congela. Luego se saca y se pasa a bolsas para congelar, que se cierran herméticamente y se vuelven a introducir en el congelador. Los higos también se pueden congelar al contacto, sin lavar.

Con una capa de azúcar seca

La fruta más blanda y jugosa  se conserva en el congelador con una capa de azúcar seca (100 a 175 g de azúcar por cada medio kilo de fruta, según acidez). La fruta debe pincharse y rebozarse en azúcar, situarse en recipientes rígidos y añadir otra capa de azúcar entre tandas. Se deja luego un espacio de 2 cm sin llenar, se tapa el recipiente y se introduce en el congelador. Al descongelar, mejor utilizar antes de que se descongele totalmente. Esta técnica funciona muy bien, por ejemplo, con las naranjas cortadas en gajos y los melones (la sandía no se puede congelar).

Imagen Congelar fruta para conservar los sabores del ve

En almíbar frío

Es el método para congelar la fruta dura con poco jugo, que se oxida rápido.  Mejor preparar el almíbar el día anterior; la cantidad de azúcar depende del tipo de fruta y del gusto particular. Se necesitan aproximadamente 300 ml de almíbar por cada medio kilo de fruta. La fruta se introduce en recipientes rígidos y se cubre con el almíbar frío, dejando 2 cm del recipiente sin llenar. En las frutas que se oxidan rápidamente como manzanas, peras y melocotones, mejor llenar el recipiente de almíbar e introducir los trozos de fruta. La preparación de almíbar se hace así:  2 tazas de azúcar en 4 tazas de agua para un almíbar ligero (una taza de azúcar más por cada 4 de agua según se quiera un almíbar medio o espeso. Arándanos y ciruelas también se pueden congelar mediante este método. Los higos también, cuidando de no lavarlos previamente. La técnica para los melocotones exige escaldarlos antes 10-15 segundos, y quitarles la piel y el hueso. Lo mismo con las nectarinas. Peras y manzanas se congelan peladas, cortadas y sin hueso.

Fotografías: Interflora, Juicy Glasses

Más artículos de: Hogar Sano

Publicado el: 10-09-2012 | Autor: María Tebar

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