En los tiempos que corren, en los que los metros de las viviendas se cotizan a precios inalcanzables para la mayoría, algunas estancias deben pagar un cierto precio, para que nuestra casa tenga unas ciertas comodidades.
La cocina es una de estas estancias, y en algunas ocasiones tiene que sacrificar su luz natural para que así podamos disfrutar de un salón más grande, o un dormitorio más.
Junto a los baños, las cocinas suelen pagar el peaje de situarse en zonas ciegas, sin ventilación ni luz natural.
Por eso hoy me han llamado especialmente la atención estas cocinas grandes y luminosas en las que la gran cantidad de luz natural que las inunda hace que se puedan desarrollar en ellas otras muchas actividades además de la de cocinar.
La mesa de comedor puede ser un escritorio estupendo y de grandes dimensiones en el que trabajar o leer, y cocinar se convertirá en un trabajo mucho más placentero si lo hacemos mientras miramos lo que pasa en el mundo exterior.
Fotografías: Xey