El bacalao ha sido durante muchos años el gran desconocido para mí. La razón es muy sencilla: Mi padre no lo soportaba en ninguna de sus variedades y eso ha hecho que nunca se lo haya visto cocinar a mi madre. Esa falta de costumbre hace que yo sea un poco ciega a este producto. Ni fresco, ni desalado, no consigo acordarme de él, porque no se me ocurre cómo cocinarlo. No tengo memoria de platos con bacalao, así que no tiendo a echarlos de menos. Sé que es un poco tonto, porque hay muchos otros productos que mi madre no usaba y que yo he incorporado sin problemas, pero con éste, por los motivos que sean, me sigue pasando. De alguna manera, me tengo que forzar a pensar en el bacalao y cocinarlo, porque no es algo de lo que me acuerde espontáneamente. Y la verdad es que a mí sí que me gusta.
Nunca había probado, sin embargo, a hacer en casa este plato de hoy, y la verdad es que es muy recomendable. Siempre me ha parecido una forma muy agradable de comerlo, pero es que además, en esta receta en lugar de suavizar la crema con nata, como en la mayoría de las brandadas, se le añade patata. Le aporta untuosidad sin la grasa de la nata, yo creo que le va muy bien, y consigue un plato fantástico para el aperitivo. Está genial con pan tostado, y si lo acompañas con aceitunas negras de Aragón, la combinación ya es casi, casi, inmejorable. Se prepara en un momento, y aguanta un par de días en el frigorífico. De hecho, está mejor frío.
Brandada de bacalao
Ingredientes
Preparación
Poner el bacalao (si prefieres desalarlo tú, ponlo en un recipiente sumergido en agua abundante y llévalo al frigorífico por 36 horas, cambiando el agua cada 12 horas) y el ajo en una cazuela y cubrirlo con aceite de oliva. Poner a confitar a fuego bajo. Pasados 5 minutos, retirar del fuego, dejar enfriar y desmigar los trozos, eliminando cualquier resto de piel o espina que pudiera quedar. Desechar el ajo.
Cocer la patata hasta que esté blandita como para puré (unos 25-30 minutos) y aplastarla con un tenedor en un recipiente grande. Añadir el bacalao desmigado y mezclar bien los dos ingredientes. Incorporar poco a poco la leche, y añadir en un hilito un par de cucharadas del aceite que hemos usado para confitar el bacalao, hasta ligarlo bien y que tenga la consistencia de un puré con la cremosidad preferida. Probar y salpimentar.
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Publicado el: 29-04-2012 | Autor: Macu Higueras